Hay mucha presión para que el Congreso apruebe un proyecto de ley de gastos de $2 billones para descongelar la economía congelada. Mientras negocian el proyecto de ley de socorro de emergencia más grande en la historia de Estados Unidos, los mercados se están inquietando. Los futuros de acciones han sido volátiles a medida que el proyecto de ley avanza y se detiene, luego avanza y se detiene nuevamente. Los votantes también se están inquietando. Ambas partes se molestan entre sí diciendo «¡Date prisa!» mientras negocian una transacción de $2 billones con el dinero de otras personas.

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Cada vez que cualquiera de los lados de la división partidista tiene un escrúpulo, la otra parte los ataca por retrasar el proyecto de ley. Insinúan que al otro lado no le importan todas las personas que están sufriendo en este momento. Por supuesto, un enjambre de seguidores de rango y filas de cada parte también se unen a los gritos. Cuanto más se aleja de la imagen, más ridículo se ve todo el asunto desde lejos.

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Además, gran parte del proyecto de ley, diseñado como un paquete de estímulo de emergencia, es solo una bolsa masiva de golosinas y gastos de barril de cerdo para las burocracias infladas de Washington sin las que Estados Unidos definitivamente puede vivir, y grupos de interés especial con cabilderos en K Street. $25 millones para el Centro JFK para las Artes Escénicas. $75 millones para el National Endowment for the Arts. $75 millones para el Fondo Nacional para las Humanidades. Y un monstruoso fondo de sobornos de $500 mil millones para que el Secretario del Tesoro Mnuchin distribuya a las corporaciones a su discreción con poca supervisión.

Cuando se desata una terrible crisis, los políticos y los grupos de intereses especiales se reúnen en Washington y se apoderan de todo el dinero y el poder, que puedan tener en sus manos. Es el estilo americano. Washington le hizo esto a los estadounidenses durante la crisis financiera de Bush en el 2008 con el rescate de Wall Street por $700 mil millones, y el proyecto de ley de estímulo de $831 mil millones de Obama en 2009.

Al menos en el 2008, muchos estadounidenses pelearon por eso. Intentaron derretir la centralita del Congreso llamando a sus representantes a instar en contra de estas apropiaciones masivas. Hoy Estados Unidos es tan servil y temeroso debido al coronavirus que incluso los partidarios «antisocialistas» de Trump están ansiosos por recibir sus cheques.

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Y el paquete de estímulo de $2 billones en el centro de todo este drama está eclipsado por el dinero que la Reserva Federal está inyectando en el sistema bancario. El principal economista de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dice que ascenderá a $4 billones. Y el Congreso en realidad no tiene nada de dinero para su proyecto de ley de gastos. Está tomando prestado todo eso, por lo que la Fed tendrá que crear la mayor parte de la nada. Al igual que los $4 billones que está creando para apuntalar bancos. Eso hará que toda la expansión monetaria sea de $6 billones en total.

La base monetaria ajustada completa es actualmente de $3.3 trillones. Entonces, el complejo monetario-político está a punto de triplicar la oferta monetaria en los próximos meses. Eso es lo que hicieron a raíz de la crisis financiera de 2008. Bastante más del doble en realidad. Y esa crisis no solo nos dio Bitcoin, sino que lo vio subir de precio tan dramáticamente hasta 2017, se convirtió en la mayor inversión en la historia mundial por ROI. Así de buscado es algo como Bitcoin para comerciantes e inversores.

Ampliar la oferta de dinero fiduciario a una velocidad tan vertiginosa no necesariamente hará que las criptomonedas como Bitcoin sean más valiosas. Pero impulsará la inflación monetaria que hace que los dólares se devalúen frente a Bitcoin, aumentando su valor nominal. Sin embargo, el resultado de este ejercicio de locura fiscal y monetaria probablemente será una mayor demanda de criptografía. Las personas que buscan un refugio para la inflación tendrán un poderoso instrumento en las criptomonedas intensamente deflacionarias como Bitcoin.